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AISSE: Ayudamos a pacientes neurológicos y a sus familias a tener una vida más fácil, más autónoma y más feliz

AISSE: Ayudamos a pacientes neurológicos y a sus familias a tener una vida más fácil, más autónoma y más feliz

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Fecha: 13/04/2017

Os compartimos la entrevista que le hicimos a Juan Anaya, fisioterapeuta y socio fundador de AISSE Sociedad Cooperativa Andaluza, una cooperativa de interés social y sin ánimo de lucro que se ocupa de la valoración y la terapia de adultos y niños que han tenido cualquier tipo de daño neurológico.

 

¿Cómo surgió la idea de crear una cooperativa para tratar pacientes neurológicos?

En primer lugar la parte cooperativa surgió con el objetivo de llevarnos la asamblea clínica a una asamblea administrativa. Luego ya los apellidos que le pusimos, “sin ánimo de lucro” y “de interés social”, fueron con la intención de ofrecer un tratamiento de calidad a personas con distintos tipos de lesiones neurológicas, que es con las que nosotros trabajamos, a un precio económico que sirviera principalmente para cubrir gastos.

Así pues, somos una forma de administración que trabajamos de forma democrática ya que todos los socios votamos y prácticamente lo que hacemos es cubrir gastos, es decir, tenemos unos gastos (tanto de personal como de instalaciones) y el precio de la sesión va establecido dependiendo de la zona. Creo que es una buena forma de llevarnos el trabajo de equipo tanto a la parte clínica como a la parte más administrativa del centro.

 

Entiendo que los socios fundadores erais compañeros de trabajo…

Sí, una compañera que es terapeuta ocupacional, con la que trabajaba en otra empresa que también se dedicaba al mundo de la neurología, y yo creíamos que era necesario darle un matiz más social al servicio. Pensamos que la forma más adecuada de hacerlo era la cooperativa sin ánimo de lucro de interés social porque incluía nuestros requisitos en los que, por un lado, teníamos la democracia en la toma de decisiones y la participación de los profesionales y, por el otro, también teníamos el compromiso de no poder obtener ningún beneficio personal de nuestro trabajo. Simplemente nuestro sueldo a final de mes viene fijado por ley, por el convenio específico de fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, o sea, que no nos podemos lucrar, trabajamos con nuestro salario y ya está. De hecho nuestro principal trabajo es la cooperativa. Somos clínicos y casi todos tenemos unas 30 o 40 horas de trabajo semanales directamente de clínica, a parte las reuniones, las sesiones clínicas, etc. Nuestra principal dedicación es la cooperativa porque requiere muchísimo tiempo, ya que no solo es el trabajo directo con los usuarios sino también la preparación de las sesiones y las reuniones para coordinar todos los servicios –fisioterapia, terapia ocupacional, psicología y logopedia-. En fin, un poco todo el trabajo que hay detrás del paradigma transdisciplinar que al final requiere también mucho trabajo porque al fin y al cabo todos los profesionales nos apoyamos y damos directrices a las sesiones de los otros para que todo esté encarado hacía el objetivo clínico que se ha fijado de forma asamblearia. Nosotros creemos mucho en nuestro modelo que da una calidad muy alta. Hasta que no lo pusimos en práctica no sabíamos si iba a funcionar y la verdad es que estamos muy contentos porque parece que va avanzando y cada día aprendemos también nosotros de la gente y de la parte clínica.

 

¿Cuándo nació la cooperativa?

Cumpliremos 5 años este verano. La verdad es que al principio surgió como una iniciativa que no necesitaba financiación por parte de ningún banco, todos pusimos nuestro dinero, el que podíamos, muy poquito. Empezamos muy desde abajo y desde entonces no ha parado de crecer –empezamos en un centro de 70 metros y ahora estamos en uno de 300-. No tenemos ninguna deuda, somos auto sostenibles totalmente y gestionamos todos los recursos de los que disponemos. Ha dado una forma de empresa muy saneada desde el punto de vista más administrativo y trabajamos desde eso, desde la democracia económica y un poco desde la autogestión y sin necesidad de ninguna subvención externa, ningún crédito externo. Podríamos decir que nosotros somos nuestra fuerza de trabajo, por eso nos parece muy interesante esta forma de estructurarnos sobre todo en un mundo como la sanidad, y la fisioterapia en concreto, en el que el principal recurso es la fuerza humana, la profesionalidad y el perfil de cada uno de los trabajadores. Tenemos una forma muy digna de trabajo porque al final todos participamos de todas las decisiones y cada uno da su punto de vista.

 

¿Cómo os dais a conocer a vuestros usuarios?

Al principio fue trabajoso porque el mundo de la neurociencia clínica es poco conocido y los usuarios no entendían el hecho de que hubiera un servicio que solo trabajase la fisioterapia neurológica y en el que interviniesen otros profesionales a parte del fisioterapeuta. Pero la realidad es que al final funcionamos mucho por el boca a boca. Somos una empresa muy auto sostenida y no invertimos nada en publicidad. No hemos parado de crecer y prácticamente hemos duplicado y casi triplicado el personal y el número de socios con el que iniciamos la cooperativa. Ya te digo que ha sido un proceso muy progresivo de darnos a conocer principalmente a los profesionales de la neurología y del mundo de la neurorehabilitación aquí en Granada, y poco a poco el centro se ha ido llenando de gente con unas necesidades muy específicas. Nos dedicamos a trabajar con gente que de verdad creemos que podemos ayudar y en el caso de que no sea así directamente los derivamos. Es verdad que muchos profesionales nos dicen que “neurológico que me llega, neurológico que os derivo, porque vosotros al final sois los que estáis trabajando con eso todos los días”.

 

¿Cuántos profesionales forman parte de la cooperativa?

Empezamos con un profesional de cada área, con cuatro socios, y ahora mismo somos cuatro fisioterapeutas, dos terapeutas ocupacionales, una neuropsicóloga y un logopeda. Para este año tenemos pendientes el área de neurología clínica. El servicio ha crecido mucho y es verdad que con los precios y la calidad que ofrecemos no hemos parado de aumentar el número de usuarios. Nosotros no queremos contratar asalariados ni personal externo sino que la idea de la cooperativa es generar socios que entren a tener voz y voto en la asamblea, con lo cual cuando un profesional lleva un año de trabajo con nosotros pues tenemos la obligación de ofrecerle ser socio, entonces al final la cooperativa crece y se desarrolla cuando la gente prueba, está contenta y le gusta la forma de trabajo y se incorpora.

 

¿Os es difícil encontrar profesionales que quieran formar parte de AISSE?

El problema es encontrar sobre todo gente que le guste la neuro porque es verdad que es un mundo muy desconocido y que tiene muchísimas leyendas urbanas, que parece como que el fisioterapeuta neurológico se dedica solo al mantenimiento, solo a evitar que los usuarios no vayan hacia atrás. Pero cuando la gente viene de prácticas, por ejemplo, ven la forma de trabajo y se dan cuenta que realmente es un campo muy bonito. Así pues, no hemos tenido problemas hasta ahora de incorporar socios. La gente tiene muchas ganas de participar en su empresa y de tener esa dignidad a la hora de trabajar. Al final estamos muy acostumbrados a trabajar para otra persona o al revés, a montar algo y llevar toda la responsabilidad,  y el hecho de que haya una asamblea en la que todos los profesionales, tanto los fundadores como los que luego se han ido incorporando, tengan el mismo voto, es algo arriesgado pero a nosotros por ahora nos ha ido bien, ha funcionado, sin ningún problema.

 

¿Cómo es vuestra manera de trabajar?

Nosotros como cooperativistas prácticamente vivimos aquí por así decirlo. Esto no es un trabajo en el que tú llegas y tienes un horario, sino que  estamos aquí todo el tiempo que es necesario para el desarrollo de la actividad. Cuando llega un paciente hacemos una valoración con todos los profesionales, incluso hay veces que estamos varias semanas de valoración, y a partir de ahí nos volvemos a reunir con la familia y se le propone una intensidad de trabajo que creemos que puede ser la adecuada por su patología, situación económica y tiempo. Seguidamente tenemos estructuradas una sesiones individuales de una hora en las que el paciente va con cada uno de los profesionales. Luego nosotros tenemos nuestras reuniones clínicas, que son entorno a 2 o 3 reuniones a la semana, en las que durante una hora o un par de horas vamos hablando de cada caso en concreto y vamos aportando ideas y objetivos de tratamiento y seguimiento de las distintas áreas.

La realidad es que la parte clínica y existencial de la cooperativa es el 90% de la dedicación pero también tenemos la dedicación de administración. Nos vamos turnando y vamos haciendo también, por ejemplo, labores de limpieza, es decir, todo lo que pueda necesitar la entidad. Nosotros como trabajadores se lo debemos aportar y así conseguimos también no depender de entidades externas. Estamos involucrados en cuerpo y alma a  la entidad.

 

¿Cuál es el feedback que recibís tanto del usuario como de las familias?

Para nosotros el afectado no es solo la persona que tiene una lesión neurológica sino que intentamos que la familia tome parte activa dentro del tratamiento. Esto es un centro totalmente abierto, las familias participan en las sesiones y nos coordinamos los objetivos que se están obteniendo aquí con los objetivos que se están obteniendo en casa. Nuestro fin último es la generalización y la transferencia de resultados, a nosotros nos interesa que las cosas que se trabajan en el centro luego se lleven a la vida cotidiana de la persona con lo cual necesitamos como un feedback continuo de “¿Cómo te va en casa? ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo está tu familia?”. En el caso de la población infantil, por ejemplo, hay muchísimo trabajo con los padres y con los hermanos más pequeñitos porque imagínate lo que supone para una familia el hecho de tener un hijo con algún tipo de lesión de este tipo. En el caso del adulto trabajamos con la familia el hecho del afrontamiento, los nuevos comportamientos y roles dentro de la familia y un poco todo este ajuste que se hace cuando ocurre una lesión de este tipo que cambia la vida de la persona. Nosotros no hacemos una diferenciación entre el usuario y su entorno, trabajamos en contexto, hacemos sesiones a domicilio, sesiones en la calle, salimos con ellos a trabajar actividades que son importantes y necesarias en su vida, y la verdad es que el centro al final funciona un poco como una especie de centro en el que organizarte pero luego los tratamientos van siempre dirigidos y enfocados hacia el contexto porque nos parece prioritario. No sólo es una sesión clínica sino también un medio para que las familias vean que realmente esto se traduce en algo significativo, que les facilita la vida, les ayuda a ser más autónomos y más felices.

 

¿Qué mensaje de despedida lanzarías a nuestros lectores?

Aunque el modelo suene un poquito utópico, animo a todo el mundo a que al menos se informe y lo entienda un poquito, porque creo que es una muy buena forma de trabajar. Es la forma más ética, cómoda y digna de que profesionales sanitarios trabajen en lo privado. Creo que es una forma intermedia entre lo público y lo privado pero da muy buenos resultados. También pienso que las administraciones públicas deberían apostar por este tipo de entidades.

 

¡Desde Fisiofocus os damos a conocer esta iniciativa y les felicitamos por su próximo cumpleaños donde celebrarán un lustro!

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