BENEFICIOS DE LA FISIOTERAPIA EN CASOS DE INCONTINENCIA URINARIA - 29/4/2015 - Sin categoría
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Suelo pélvico y maternidad
La incontinencia urinaria pone en jaque a un elevado número de mujeres a partir de los 35 años, especialmente después del parto. Este momento puede acarrear consecuencias como la diástasis, de la que hablamos en un artículo anterior, pero también puede ser origen de estas incómodas pérdidas. A veces, responden a una disfunción momentánea; otras se prolongan en el tiempo, considerándose persistentes más allá de las tres semanas.
Gracias a la fisioterapia, algo que llegan a sufrir alrededor del 50% de mujeres con más de tres hijos, puede corregirse con éxito en un alto porcentaje o minimizarse en casos más extremos.
El tipo más común en referencia a la mujer se conoce como incontinencia de esfuerzo. Así, las pequeñas pérdidas se producirían al levantar objetos, al toser, al reírse o durante las relaciones sexuales. Esta situación, enmarcada en el día a día de la mujer, no sólo resulta tremendamente incómoda, sino que lleva asociadas consecuencias sociales, económicas y psicológicas que limitan su vida y llegan a aislarla.
Cualquier pérdida evidencia que existe una alteración en el suelo pélvico, y es un gran error obviar este hecho. Es cierto que hoy día existe un mayor grado de inconformismo ante este tipo de problemas por parte de las mujeres, así como un mayor número de profesionales especializados en este campo; sin embargo, queda mucho por hacerse. Es importante, por ejemplo, generar más información a este respecto e incidir en la necesidad de acudir al profesional para que oriente a la paciente desde el primer momento. Y esto es esencial cuando se trata de mujeres que hayan dado a luz varias veces, con problemas de obesidad o que sufran prolapso pélvico; es decir, en especial riesgo.
El origen de la afección puede ser muy diverso, por lo que el primer paso a la hora de acercarse a un caso debe ser estudiarlo en todo su contexto. Así se deberá realizar no sólo un examen de la estructura física, sino también analizar las costumbres adquiridas por la paciente, sus antecedentes, el tiempo transcurrido desde la primera vez del hecho o su historial farmacológico. Todos estos datos serán la base de un diagnóstico y un tratamiento adecuados.
Normalmente a la exploración física suelen acompañarle otras pruebas médicas como una ecografía abdominal o un análisis de orina, según el caso, para certificar que no existen infecciones o problemas de mayor complejidad, derivados de la incontinencia u origen de ésta.
A partir de aquí, será importante informar a la paciente sobre las características del suelo pélvico y su estructura, así como comentar qué tipo de tratamiento debería seguir y por qué.
La fisioterapia afronta esta afección mediante diversas herramientas; con terapias físicas para el fortalecimiento de la musculatura del suelo pélvico, a través de aparatos especiales contra la incontinencia o con reeducación miccional, entre otras cosas. Algunos ejercicios, como los de Kegel, están especialmente indicados para estos casos.
En el proceso de recuperación, la implicación de la paciente es fundamental. Así deberá, por ejemplo, cambiar algunos hábitos negativos como aguantar la orina, realizar ejercicios hiperpresivos después del parto u otras actividades cotidianas que generen presión en la faja abdominal. Estas acciones, consecuencia de una falta de información sobre este tema, deberán corregirse cuanto antes.
Mantener el suelo pélvico en perfecto estado no sólo evita sufrir complicaciones como las descritas, sino que también es vital para que la mujer pueda recuperarse más rápidamente del parto y retomar su vida cotidiana.