Definición y aplicaciones de la Fibrolisis diacutánea

Una de las herramientas de la fisioterapia más sorprendentes para el paciente es la Fibrolisis diacutánea. Esta eficaz técnica instrumental que debe su aparición a Kurt Ekman, fisioterapeuta sueco, ha ido evolucionando hasta nuestros días, mejorando especialmente en relación al conocimiento de la anatomía humana.
La Fibrolisis diacutánea, indicada para el tratamiento de las algias mecánicas del aparato locomotor, se basa en un abordaje centrípeto; comenzando en primera instancia por las zonas más alejadas del centro de la lesión, lugar desde donde parten los diferentes esquemas. La intervención se lleva a cabo a través de unos ganchos de diversa curvatura y espátula aplanada, capaces de adaptarse a los requerimientos y características anatómicas de la zona que debe ser tratada.
La aplicación de estos elementos sobre la piel ayuda a liberar las adherencias y corpúsculos fibrosos que pueden darse entre las diferentes estructuras, actuando sobre la fascia que mantiene la buena relación entre todas ellas. Actualmente estos son de acero inoxidable.
La utilización del material garantiza un abordaje más profundo y preciso, imposible a nivel manual, generando importantes beneficios en el paciente. Sus efectos pueden apreciarse en tres planos:
Mecánico: sobre las adherencias y corpúsculos que limitan el movimiento.
Circulatorio: por estimulación local linfática y sanguínea, con liberación de sustancias químicas como la histamina, que ayudan a la recuperación.
Por último, reflejo: por estimulación de receptores nerviosos, inhibición de puntos reflejos.
El fisioterapeuta basará su esquema de tratamiento en tres fases diferentes e interconectadas. Una primera de palpación digital, donde se delimitará la zona de intervención; una segunda fase de palpitación instrumental, en la que se localizará de manera precisa las adherencias gracias al gancho; y una tercera, la de fibrolisis en sí, donde se llevará a cabo una tracción complementaria, en continuación a la segunda fase, con el objetivo de mejorar las limitaciones de las adherencias y corpúsculos fibrosos ya comentados.
Sin embargo, y a pesar de sus beneficios, este tipo de tratamiento no está exento de contraindicaciones, por lo que debemos mantener la precaución. A grandes rasgos, su aplicación deberá evitarse en caso de problemas cutáneos, problemas circulatorios o si el paciente sigue algún tratamiento anticoagulante, entre otros.
La Fibrolisis Diacutánea, por todo lo anterior, es una técnica compleja que evidencia la necesidad de una formación específica y de calidad, y un amplio conocimiento de las estructuras anatómicas. Gracias a esta técnica, pueden tratarse de manera eficaz patologías como la fascitis plantar, condromalacia rotuliana, epicondilitis o abordar contracturas musculares. Su demanda, por ello, está en alza, tanto a nivel del profesional como de un paciente que cada día es más consciente de las diferentes herramientas con las que cuenta la fisioterapia.
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