Fisioterapia en el día a día - 5/11/2015 - Sin categoría
Aunque una gran parte de las aplicaciones de la fisioterapia hacen referencia al ámbito deportivo, su labor en relación a las rutinas del día a día es también imprescindible.
Las lesiones en el ámbito cotidiano son más habituales de lo que parece, adquiriendo un protagonismo destacado en los centros de fisioterapia. Así, el uso incorrecto de las nuevas tecnologías o un colchón o almohada inapropiados, unidos al ritmo de vida estresante que soportamos, pueden llegar a acarrear lesiones de diversa consideración, limitando incluso la calidad de vida de quienes las padecen.
En este sentido, uno de los elementos que pasan más inadvertidos e igualmente determinante es el bolso. Este complemento, ampliamente extendido por su comodidad y prestaciones en cuanto a transporte, es utilizado por la mayor parte de las mujeres de manera habitual, de ahí que sea fundamental reparar en su elección.
Un uso inapropiado puede acarrear numerosas complicaciones físicas, por lo que, a la hora de comprar, es imprescindible tener en cuenta algo más que diseño o estética. El tamaño, peso y materiales de fabricación son fundamentales a la hora de evitar sobrecargas incómodas; sobre todo teniendo en cuenta que suele llenarse de imprescindibles como la cartera o el móvil, que ya de por sí aportan un peso considerable, además de otros complementos como el cargador u otros artilugios de las mismas características y que tampoco suelen faltar.
Es cierto que la aparición del móvil limitó el peso que aportaban las agendas en papel, pero a lo largo del tiempo, el bolso ha ido modificando sus funcionalidades y por tanto su peso, sirviendo de maletín también de portátiles y más recientemente de tablets o eBooks.
Dentro de la amplia gama de opciones que ofrece el mercado, los expertos recomiendan especialmente el bolso de bandolera. Su diseño reparte de manera más eficiente el peso sin forzar la postura ni sobrecargar el cuello.
Pero independientemente de la elección del tipo de bolso, y en cualquier caso, debemos reparar en ciertos detalles: no debe superar cargado el 5% de nuestro peso, debemos procurar llevar los objetos más pesados siempre al fondo del mismo y debemos mantenerlo lo más cercano al cuerpo posible, evitando los vaivenes.
Por su parte, se desaconseja llevar este complemento siempre sobre del mismo hombro o usar prolongadamente bolsos colgados del antebrazo, ya que pueden ocasionar rigidez articular o epicondilitis.
Un mal uso o un uso prolongado de un bolso excesivamente cargado está detrás de la aparición de problemas en cervicales, hombros, codos o muñecas; complicaciones que pueden padecerse de manera frecuente, que no suelen identificarse con este hecho y a las que solemos quitar importancia, con lo que eso puede llegar a implicar.
Ante cualquier tipo de molestia, es recomendable acudir a un fisioterapeuta, que evitará en caso de lesión un agravamiento y que marcará a la vez pautas de corrección para prevenir nuevos episodios. En este sentido, la información sobre los peligros de lo cotidiano se convierte en una herramienta fundamental mediante la que conocer y modificar pequeñas malas costumbres adquiridas en el día a día, también importantes para nuestra salud.