La rizartrosis, una dolencia común entre los fisioterapeutas

Con el paso del tiempo, muchas personas sienten dolor en sus pulgares debido a movimientos repetitivos que realizan en su trabajo. Esta molestia es conocida como artrosis del pulgar o rizartrosis y se origina en la base del dedo, entre el primer metacarpiano y el hueso trapecio.
El dolor y las posibles lesiones que ocasiona la artrosis del pulgar son causados por la desaparición del cartílago que recubre la articulación, ya que al deteriorarse se produce un frotamiento entre los huesos.
Esta afección, bastante común entre las mujeres, se caracteriza por ser progresiva y por acabar siendo crónica. Además, en la mayoría de los casos, se vuelve incapacitante porque afecta la función de pinza de la mano.
En ocasiones, la gente no da importancia al problema que tiene en la mano, lo que provoca un empeoramiento de éste. Por ello, esta dolencia se debe tratar cuanto antes para ponerle una solución y evitar que se convierta en una lesión.
¿Cómo sé si sufro artrosis del pulgar?
Para poder hacer un diagnóstico acertado es necesario acudir a un médico. Él te hará una exploración física y una radiografía para ver qué nivel de deterioro sufre la articulación. No obstante, si sientes dolor, tienes dificultad para sujetar objetos, se te inflama la articulación, el movimiento es limitado o la articulación crece y se deforma, es muy probable que estés ante un caso de rizatrosis.
¿Por qué se produce la rizartrosis?
La rizartrosis puede estar causada por varios factores:
- Movimientos repetitivos que realizas en tu trabajo.
- Esguinces o fracturas anteriores que dañan el cartílago.
- Desalineación en la articulación por descompensación de los músculos extensores y flexores.
- Predisposición genética.
- Uso en exceso del teléfono móvil.
Tratamientos
Hay tres tipos de tratamientos que se ordenan según su nivel de invasión:
- Tratamiento conservador: Se recetan antiinflamatorios y se prescribe el uso de una férula para limitar el movimiento de la articulación.
- Rehabilitación y fisioterapia: Según lo avanzada que esté la patología, se optará por bajar la inflamación y hacer ejercicios de fortalecimiento de los extensores del pulgar, o aplicar un tratamiento paliativo.
- Tratamiento quirúrgico: En caso de que el tratamiento conservador no haya acabado con la dolencia, se procede a una intervención quirúrgica. Concretamente, existen tres tipos de operaciones: una prótesis, la artrodesis (fijación de la articulación) o la resección del trapecio con reconstrucción de los ligamentos.
Consejos
Los expertos aconsejan una serie de cosas que las personas con rizartrosis deberían incorporar en su rutina diaria:
- Realizar ejercicios con el pulgar cada día.
- Aplicar calor local para reducir el dolor y la rigidez.
- Evitar la pinza al coger objetos.
- Usar una cubertería más ligera.
- Utilizar utensilios de cocina eléctricos para forzar menos la articulación.
- Ir a hacer la compra con un carro.
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