LA TELOMERASA, EL ANTÍDOTO AL ENVEJECIMIENTO - 11/8/2014 - Sin categoría
Desde tiempos antiguos la búsqueda de la llamada eterna juventud ha sido uno de los retos de la humanidad. Hoy sabemos que depende en gran medida de una enzima, la telomerasa.
Nuestro trepidante ritmo de vida, el sedentarismo, la obesidad o el estrés, factores que determinan las afecciones de muchos de nuestros pacientes, marcan el avance acelerado de nuestro reloj biológico, y con ello la posibilidad de sufrir enfermedades de tipo degenerativo.
A nivel genético, el envejecimiento se produce como consecuencia de la senescencia celular.
Cuando las células se dividen, se replican sus 46 cromosomas de manera idéntica, de tal forma que la carga genética no varía. Este hecho se produce a lo largo de la vida unas 50 veces y en cada una de las divisiones los cromosomas pierden parte de los extremos o puntas que los protegen, los denominados telómeros. El envejecimiento se produce cuando los telómeros son demasiado cortos para garantizar la replicación correcta, lo que conlleva la muerte de la célula sin dejar ninguna otra que garantice el proceso.
Sin embargo, las células cancerosas superan está limitación temporal creando una enzima que repara los telómeros del cromosoma y permite que la célula pueda volver a su ciclo normal de reproducción, la telomerasa.
Esta enzima descubierta en los años 80 ha sido denominada frecuentemente como “el reloj de arena de la vida” o “la fuente de la eterna juventud” y se encuentra activa en las células fetales. Después del nacimiento, queda desactivada en casi todo el organismo, salvo en células madre y el sistema inmunitario. Consta de dos componentes principales: uno proteico y ARN.
El conocimiento funcional y estructural completo de la telomerasa aún queda lejos. Sin embargo, se están realizando investigaciones importantes al respecto, como el ejemplo del vídeo, orientadas a luchar contra enfermedades como el cáncer y a alargar nuestra esperanza de vida.
A nivel práctico, nuestra individual carrera contra el tiempo pasa por mantener hábitos de vida saludable y realizar ejercicio físico con frecuencia, actividades al alcance de todos, y que contribuirán en gran medida a evitar el desgaste acelerado de nuestros telómeros.