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Uno de los objetivos habituales cuando se comienza una rutina de entrenamiento físico es trabajar o recuperar la fuerza muscular. Para hacerlo de forma correcta, este entrenamiento debe contemplar ejercicios de resistencia progresiva, si se quiere conseguir un buen estado físico y prevenir posibles lesiones.
Desde el punto de vista fisioterapéutico, el trabajo de fuerza es un elemento fundamental en la prevención y tratamiento de las enfermedades crónicas no transmisibles. Un entrenamiento clínico supervisado por un fisioterapeuta disminuye la debilidad muscular y es un método efectivo para aumentar la masa muscular y la fuerza.
¿Qué es fuerza muscular?
La fuerza muscular puede denominarse como la capacidad de un músculo de generar tensión ante una resistencia o carga, es decir, la capacidad de levantar o mover un peso determinado mediante la contracción muscular. Esta fuerza representa la máxima tensión que es capaz de desarrollar el músculo y se puede medir en kilogramos.
¿Cómo se trabaja esta fuerza?
Existen diversos tipos de contracción muscular, pero principalmente se trabaja con los tres tipos que definimos a continuación:
Por qué trabajar la fuerza con fisioterapia
Los métodos y las herramientas para trabajar la fuerza son muy variados y cada uno tiene unas ventajas concretas según se quiera trabajar la musculatura corporal de forma concreta o globalizada.
Un fisioterapeuta especializado valorará las condiciones físicas y posibilidades de cada paciente, esto le permite diseñar un entrenamiento terapéutico personalizado, en función de los objetivos que se quieren conseguir.